30 enero 2006

Invasión!


Estaba claro.
La avanzadilla fue el Reggeton, tropas de asalto que poco a poco fueron calando en una sociedad que no hizo nada por evitarlo.

Pero ahora...Ahora son sus lideres en persona los que se dirigen a nosotros.
Y utilizan su idioma, se acabaron las mascaras:

http://video.google.com/videoplay?docid=2120659111755287021&q=chacarron

La Invasión ha comenzado!
Marte Ataca!

29 enero 2006

Revisando Clásicos: Conan el Bárbaro

Primero quiero aclarar o puntualizar algo. No sólo Casablanca es un clásico. Hay más clásicos. Muchos más. Y no están tan lejanos en el tiempo. De hecho, la gente tiene miedo, o no se atreve, a establecer un límite, una frontera, una fecha, para considerar algo “clásico”. Yo lo tengo claro. Son obras (películas, en este caso) que por su calidad en diversos aspectos, por su originalidad o porque, simplemente, permanecen en el recuerdo de generaciones, quedan como ejemplos incuestionables de que algo salió bien, y a la obra se le consiguieron imprimir algunas cualidades que la hacen perdurar en el tiempo. Conan es un clásico incuestionable, una película que con el paso del tiempo mejora ostensiblemente, tales son sus aciertos.

Conan no fue un personaje originario del cómic, como muchos creen, sino que nació de la pluma de Robert E. Howard, un escritor de los primeros años 30 que escribía relatos de “espada y brujería” para revistas baratas de la época como Weird Tales y similares.

El personaje, un bárbaro de Cimmeria, vagabundeaba en la antediluviana Era Hyborea, encontrándose en sus aventuras con piratas, ladrones, hechiceros y demás personajes habituales en las novelas de fantasía. Conan tuvo varios relatos cortos, y alguno más largo, que contaba sus orígenes, sus amores y su destino, que era ser Rey.

Toda esta literatura, barata y de evasión, tuvo enorme éxito, haciendo posible una versión en cómic que no desmerecía nada a las novelas. El cómic era un medio muy rico donde Conan ya imponía gráficamente, y los dibujos permitían ambientar con detalle el mundo de la Era Hyborea.

Conan llamó la atención de John Millius, que, con Dino de Laurentiis produciendo y Oliver Stone ayudándole en el guión, vio el enorme potencial del personaje en el cine.
Conan era algo brutal, salvaje, primitivo…pero también algo épico, grandioso, y con un sabor a pura aventura.

La película, rodada íntegramente en España en 1982, comienza con un Conan niño escuchando a su padre acerca de no confiar en hombres, mujeres y animales. Solo debe confiar en el acero, en su espada. Son palabras que aprenderá bien, ya que momentos después su aldea es arrasada por Thulsa Doom y sus padres son masacrados. Conan será vendido como esclavo y atado a una rueda con otros niños, pero solo él sobrevive. Cuando ya es adulto es obligado a pelear como gladiador, volviéndose un sangriento luchador que no siente nada, que solo mata porque es lo único que sabe hacer. Su dueño finalmente le libera, y tras esconderse en una tumba atlante y encontrar una espada, se dirige a algún pueblo cercano a seguir su vida. Conoce a Valeria y Subotai, dos ladrones que le ayudan a procurarse buenos botines. Pero Conan aún busca las dos serpientes enfrentadas, el emblema de Thulsa Doom, y deja a sus compañeros para ir a buscarlo. Thulsa Doom es un poderoso hechicero, que vence a Conan y le deja atado a un árbol para que se lo coman los buitres. Subotai y Valeria consiguen rescatarle, y tras estar al borde de la muerte, los tres aventureros planean ahora atacar juntos la torre de ceremonias de Thulsa Doom y acabar por fin con su tiranía y sus sacrificios rituales.


Como en las novelas y los comics, Conan es pura aventura, auténtico espectáculo, con un personaje atormentado desde niño, que crece frío e insensible con el único fin de matar al causante del exterminio de todo su pueblo. Conan es un personaje fuerte, brutal, pero aun así la película muestra los vínculos sentimentales que tiene con Valeria, y los lazos de amistad y honor que tiene con Subotai. Arnold Schwarzenneger hace uno de sus mejores papeles, al encajar tan bien físicamente y conseguir transmitir toda esa furia interna de Conan. Sandahl Bergman como Valeria también esta espléndida, como una amazona que está a la altura de Conan, y Gerry Lopez, con ese aire de surfista de los ’70, tambien da el papel de ladrón y aventurero. Además, los secundarios son de lujo, con Max Von Sydow como el Rey Osric, que contrata a Conan para que rescate a su hija de la secta de Doom tras robarle. “Robarme! A mi! Que osadia! Que atrevimiento!...Yo os saludo!”


El papel de villano siempre es un regalo para algunos actores. Y aquí James Earl Jones lo borda como Thulsa Doom, el hechicero que mata para descubrir “el enigma del acero” y que después juega con la magia negra, llegándose a convertir en serpiente. También tiene alguna frase memorable como “Ahora sabrán por qué le tienen miedo a la oscuridad”, definiendo así a un digno adversario, cruel y depravado.

La música de la película juega un papel fundamental. Basil Poledouris hace aquí uno de sus trabajos más memorables, consiguiendo una grandeza digna del mundo de Conan, una música épica, entrañable, peligrosa, misteriosa…Muy acorde con esa Era Hyborea que escribió Robet E. Howard. Los coros y los tambores del principio, con las hordas de Thulsa Doom arrasando el pueblo de Conan, recuerdan enormemente al Carmina Burana de Carl Off, subrayando así ese tono casi místico y de leyenda que tendrá toda la película. Destacan también el tema “Civilization”, muy alegre, acorde al trozo donde Conan es feliz con Valeria, oscureciéndose de nuevo el tono al aparecer Thulsa Doom y sus malsanos rituales. Aún así, la música es de una belleza enfermiza, con el ejemplo de “The orgy”.

Conan es un buen espectáculo, una digna adaptación, y un trabajo de enorme calidad hecho con gran respeto por el personaje y por la obra de Howard. Es una película que ya tiene sus años, y que ahora, con héroes de acción descafeinados, batallas confusas rodadas por cámaras epilépticos y una falsa sensación de “épica” o “espectáculo” mal aplicada por directores incompetentes que no han hecho sus deberes, resurge, gracias a ese imprescindible DVD con jugosos extras y comentarios, como el gran clásico del cine que es.

Y Conan llegaría a ser Rey. Pero eso…es otra historia.

House, una serie alucinante.


Por extraño que parezca, cada vez que alguien nombra “House”, todos recuerdan esas pelis de terror pachanguero (ey, salia William Katt, el Gran Héroe Americano!) de los ´80. Pero muy pocos, que cada vez son mas, exclaman excitados algo así como “Ah, tu también la ves?”.
Y es que es la serie de moda. Pero no de moda porque sí, en plan superficial. De moda porque es diferente, y por diversos motivos, a la gente le engancha. A gente que ya no le interesan series de hospitales por repetitivas o aburridas, o aun interesándoles, buscan “algo diferente”.

House lo es. Veamos por qué:

La serie tiene como protagonista al Doctor Gregory House, un brillante médico especializado en tratar las mas diversas y desconocidas enfermedades, que como consecuencia de una falta al trabajo durante mucho tiempo es “obligado” a tratar pacientes para recuperar las horas que debe.
Para esta tarea se vera ayudado por un grupo de jóvenes médicos que formarán equipo, encontrando entre todos una respuesta al enigma o reto de curar enfermedades muy raras o peligrosas.
El Doctor House como persona es huraño, arrogante, antisocial…Como médico no le gusta tratar a los pacientes, sino a las enfermedades. Es brillante, agudo y muy inteligente, es bueno en su trabajo, pero le desagrada pasar visitas y tratar con la directora del hospital, a la que ridiculiza siempre que puede por obligarle a hacer algo que él considera innecesario.
Se establece entonces una complicidad con el resto del equipo, a los que reta una y otra vez a debatir hipótesis y tratamientos poco ortodoxos y a enfrentarse a enfermedades que les sorprenden por lo poco usuales o peligrosas. A los jóvenes médicos House les infunde respeto, y aunque no están muy de acuerdo con su manera de ser o de pensar, le admiran por lo eficiente y profesional de su trabajo.

Básicamente este es el argumento de la serie, que de momento lleva 2 capítulos emitidos en Cuatro, los martes a las 22,30h.
Destaca el actor principal, Hugh Laurie, que ha ganado un Globo de Oro por su interpretación. Sabe darle al personaje un aire arrogante, pero aun así tremendamente humano. El Doctor House es una persona de diálogos ingeniosos, réplicas agudas y un sarcasmo que consigue exasperar a sus compañeros, haciéndoles trabajar mejor. Pero no todo el peso lo lleva Hugh Laurie. El grupo de médicos, siendo más secundarios, también le dan un toque de humor a la serie, ya que con diferentes personalidades consiguen avanzar poco a poco y resolver los puzzles, encajar las diferentes piezas del rompecabezas y encontrar una cura o un tratamiento eficaz.
El balance de la serie es muy positivo, ya que aunque esté ambientada en un hospital y se roce el drama continuamente, la personalidad y el carisma de House le dan a todo un tono de humor negro bastante estimulante. Es una serie inteligente y muy entretenida, la recomiendo a todo el mundo.

Me voy a por unos calmantes.

26 enero 2006

Hail to the King, baby!


No podía comenzar de otra manera. Con el grito de guerra de Ash, el mejor antihéroe del cine fantástico de los últimos años, y con una foto que demuestra que aqui...Todo es posible. Ash y Vuarnet, menudo equipo. Y menudo padrino me he buscado. Groovy!

Empieza a aqui una nueva aventura donde habrán diversos temas, diversas opiniones, y espero, diversas personas que me ayuden a hacer esto especial.

Bienvenidos y adelante!
Os acordais de las tres palabras, verdad?