11 abril 2006

Con V de Vendetta...Y A de Adaptación.


Al fin llega a las pantallas V de Vendetta, la adaptación del genial cómic de Alan Moore. Y llega en un momento de escepticismo, porque ya se han hecho un par de adaptaciones de comics de éste autor, y los resultados no fueron muy satisfactorios, haciéndonos temer lo peor en ésta ocasión.

Antes que nada, contaré brevemente el argumento del cómic, para luego hablar de la película como adaptación.
V de Vendetta, escrito en los años 80, describe una sociedad donde la ultraderecha gobierna, en un estado totalitario donde el fascismo campa a sus anchas, oprimiendo y vigilando a los ciudadanos mediante la sumisión y el control, muy en la línea de 1984 de Orwell o Un Mundo Feliz de Huxley. Así, en este clima incierto (reflejo exagerado de lo que fueron esos años en la Inglaterra de Margaret Thatcher), aparece V, un anarquista que luchará contra el gobierno para conseguir la sublevación de los ciudadanos, y derrocar así a sus líderes corruptos. Para esto contará con la ayuda de Evey Hammond, una joven que llegará a él de forma casual y que entrará en su peligroso juego, ayudándole a llevar a cabo sus acciones terroristas y resultando una pieza fundamental en el desarrollo de la personalidad de V.

V, del que no sabemos su nombre, es una figura misteriosa, que lleva capa y una máscara que recuerda a Guy Fawkes, personaje histórico real que fue ejecutado tras intentar volar con barriles de pólvora el Parlamento un 5 de Noviembre. V lleva esa máscara en señal de apropiado homenaje, ya que uno de sus primeros golpes es, precisamente, volar por los aires el Parlamento. Empieza así una serie de golpes y acciones que poco a poco van desestabilizando al gobierno, al no tener los cuerpos u organismos necesarios para seguir gobernando con eficacia, provocados por V, en intento de que, realmente, sea el gobierno el que tema a los ciudadanos, y no al revés.
El mensaje político, así como una ideología crítica o subversiva, está muy presente a lo largo de toda la historia, siendo el protagonista un anarquista declarado que mientras pone bombas, cita a Shakespeare, esperando que la sociedad, la masa, despierte y tome conciencia de su propia condición de individuo, y se rebele ante ese gobierno fascista y opresivo.

Es éste mensaje político, ésta crítica a la sociedad que podría fácilmente ser la actual, es la que hacía dudar de la adaptación al cine, siendo muy difícil que todo esto pudiera ser retratado en una película de Hollywood.
Pero así ha sido. Los hermanos Wachowski, artífices de Matrix, se hicieron con los derechos, y tras un tira y afloja de varios años, han podido llevar adelante el proyecto. Una de las preguntas más frecuentes es si “V” tendría toda esa carga política, y no se quedaría a medio camino en sus planteamientos. Los Wachowski, conscientes del potencial de la historia, han sabido transmitir muy bien el espíritu del cómic, haciendo una película disfrutable por todo tipo de público, comercial incluso, y aún así ser valiente en sus propuestas.
En la película encontramos todo lo que hacía grande al cómic. Una descripción muy detallada de cómo es esa sociedad, con toques de queda, vigilancia de los ciudadanos por medio de cámaras en las calles, exterminio y control de los homosexuales y otras minorías étnicas, y un cuerpo policial que “elimina” cualquier tipo de acto de rebeldía.
Evey, interpretada muy acertadamente por Natalie Portman, es rescatada por V cuando los policías del “Dedo” iban a abusar de ella. Tras otra escaramuza en las oficinas de la televisión (la Voz), se la lleva a su escondite, y le explica cuál es su plan, y cuales serán sus métodos. Evey intenta comprender los motivos y las acciones de V, pero no compartirá sus medios, dejándole tras un tiempo.
Mientras tanto, V seguirá su cruzada y su venganza contra quienes le crearon. Vemos así en escenas de flashback de donde proviene V, cómo se hizo así. Otro de los aciertos de la película es que no para su discurso para contar otras historias, sino que la propia narración, la del pasado y del presente, ayudan a definir ese mundo oscuro y terrible por el que se desenvuelven los personajes, viendo la génesis de ese gobierno, que en un principio, era “necesario”. V surge de las cenizas de un campo de experimentos médicos, donde se intentaban crear armas biológicas. Tras la instauración del gobierno, el campamento Larkhill se cerró. Pero V, único superviviente, no lo olvidó, y luchará para que todos paguen por sus pecados pasados.
Para la película se han eliminado algunas escenas muy importantes del cómic, como el diálogo entre V y la estatua de la Justicia, a la que V acusa de haberle traicionado, o el número de “ese vicioso cabaret”, donde mientras vemos a V cantar y tocar el piano, paralelamente vemos a otros personajes actuar de manera corrupta o censurable.

Por otro lado, se ha introducido para la película un número, el de la parodia televisiva al Líder, que no estaba en el cómic y que ayuda a entender el clima de opresión y censura que vive la sociedad, al mostrar lo que le ocurre al presentador que se atreve a desafiar a la autoridad y burlarse de ella.
En general es una adaptación bastante digna, con muchos elementos políticos y un mensaje valiente, ya que algunos la han criticado por hacer apología del terrorismo.
Es la primera película de su director, habitual director de segunda unidad en muchas películas de acción, pero ha aprobado aquí con nota. Las escenas de acción son las justas, estando muy bien dosificadas, junto con las escenas de diálogos (los discursos de V) o flashbacks que ayudan a entender la historia. Tiene ritmo, no decae en ningún momento, y las interpretaciones están a la altura.
John Hurt hace de un amenazante Líder, apareciendo en primeros planos en una pantalla, con ese guiño al Gran Hermano de Orwell. Stephen Rea es el policía encargado de buscar a V, y también resulta correcto, frío al principio pero más humano cada vez que se acerca a V y su mensaje. Natalie Portman, tal vez demasiado publicitada sin ser la verdadera protagonista, hace uno de sus mejores papeles, lejos de su único registro de “calentar al personal”. Eso si, se permite un guiño con coletas y todo al papel por el que todo el mundo la conoce, esa Lolita calentona que resultaba algo fuera de lugar en la película, no siendo tan evidente en el cómic.

Y mención especial para Hugo Weaving, V, el verdadero protagonista, gracias a su presencia y sobre todo, a su voz. No le vemos la cara en toda la película, pero su interpretación, y sobre todo, sus cambios de registro, son algo fundamental, ya que sin ello no hubiera sido posible el éxito de la película. Muy recomendable la versión original, mucho más intensa que la doblada, permitiendo así un buen disfrute de una de las mejores adaptaciones de cómic hechas hasta la fecha.

Y, como dice V en uno de los mejores momentos:
"¿Querías matarme? Bajo esta capa no hay carne ni huesos que matar. Sólo hay una idea. Las ideas son a prueba de balas."

05 abril 2006

Los superhéroes, jugando con fuego...

Si es que ya lo decía Vincent Vega en Pulp Fiction, ese catálogo de frases molonas: Si juegas con fuego acabas quemándote.
Y si no que se lo digan a algunos superhéroes/vengadores/justicieros, como El Cuervo, Daredevil o El Castigador. Hacen competiciones a ver quién es el más macarra, el más molón...El más HOT, al fín y al cabo.
He aquí sus obras:

Eric Draven - El Cuervo

Eric estaba un poco mosca porque una banda se cargó a su novia, haciendo que se disfrazara de gótico cuando los góticos de ahora no habían nacido, y como golpe final al acabar con Top Dollar, el jefe de la banda, se despidió con una bonita y emotiva firma.

Para ello, unos utensilios muy comunes. Por supuesto, una botellita de gasolina. Importante que lleve difusor, pora dibujar bien en el asfalto.


Un mechero. Los zippos son molones, quedan bien en un primer plano, encendiéndose con una llamativa chispa.

Y este es el resultado:

Bonito, eh?
Muy bien, Eric, puedes marcharte vacilonamente con tu cuervo al hombro, has hecho un buen trabajo.

Matt Murdock - Daredevil

A Daredevil, o mejor aún, a su director, le debió molar la escena gótico-romántica del Cuervo, como toda su estética, porque se dedicó a copiar descaradamente el tono callejero y decadente del cómic de O´Barr y meter alguna pincelada aquí y alla del Hombre sin Miedo de Frank Miller para tener a los fans contentos. Ý de paso, cambiar el cuero negro de Draven a cuero rojo, y pasar de tener una banda sonora de trash metal y rock industrial, a esa mierda del nu-metal al que sigo sin verle la gracia. El caso es que DD también quiere su firma:

Urich! Ley antitabaco, chaval! Pero...¿qué haces?¿A donde tiras esa colilla?


Claro, como dicen en el anuncio. Total, por una colilla...


Pues ya la has liado. Menos mal que lo has encendido tu, porque Daredevil, como es ciego, se ha ido sin ver cómo quedaba.


¿No puede contemplar su obra sin abusar de eso de "la estética videoclip"?


Frank Castle - El Castigador

El más macarra de todos. Tan macarra que ni siquiera hacía falta que su película fuera buena. El viejo Frank es así de duro. Y también le gusta jugar con fuego.

Ni zippo ni colilla. Un detonador. Con dos cojones.


¿Os imaginais al de la calavera dibujando con el chorrito de gasolina? ¡Ni de coña!
Coches explotando, hombre. Eso es hacer las cosas con estilo...


Yo, en el cine, como en la Palmera de Nochevieja. Ooooohhhhhhh!!!!


Y se aleja, imperturbable, mientras deja su obra a sus espaldas. Gracias, Frank!


Y gracias a todos estos artistas, que nos deleitan con su obras! ¿Y para cuándo el murciélago de Batman, la S de Superman o el Smiley de Watchmen? Venga ese concurso de mascletás!