04 octubre 2006

Arma Joven: Seis razones para ser salvaje.

Durante los años ´80, se hizo un intento de revitalizar o resucitar el género del Western, que estaba en decadencia desde los años ´70. Fue la primera intentona, no tan exitosa como la que hubo en los ´90 con títulos como Sin Perdón. Pero aún así, salieron un par de películas interesantes, que mezclaban el regustillo del western clásico con la estética que estaba de moda en los ’80. Así, El Jinete Pálido o Silverado fueron los ejemplos más destacados de esa época, con un claro homenaje al sabor más añejo del viejo oeste.
Y claro, el género adolescente no podía dejar pasar la oportunidad. Si ya se mezcló la comedia teen y la ciencia ficción con Regreso al Futuro, o el terror vampírico con un grupo de adolescentes en Jóvenes Ocultos, el western no iba a ser menos. Y con algunos de los actores salidos del famoso Brat Pack, Arma Joven fue un western que se acercaba a la figura de Billy el Niño de manera desenfadada, aventurera, y por qué no, molona. Eran los ochenta, y todo era molón. Al menos yo lo recuerdo así.

La historia.

John Tunstall es un comerciante inglés que además de tener una tienda en un pueblo, acoge a todos los jóvenes descarriados. Les proporciona un techo, comida y les enseña a leer, a cambio de cuidar su ganado y hacerle de “vigilantes”. Un joven a punto de ser linchado es el último en ser recogido. Le llaman Billy. Enseguida Billy hace amistad con el resto de vigilantes, y respeta y admira a Tunstall, que le ha dado una oportunidad.
Por otro lado, Murphy es un terrateniente corrupto que quiere echar del pueblo a Tunstall, y cuando los vigilantes volvían de una fiesta, consigue asesinarle ante la mirada de Billy y alguno más. A partir de ese momento se desencadena una guerra entre las autoridades y el “Círculo de Santa Fe”, comerciantes corruptos que tienen a la ley a sueldo. Al sheriff no le queda más remedio que utilizar la rabia de los vigilantes para su beneficio, y los nombra ayudantes. Su misión será entregar mandamientos a algunos de los responsables de los crímenes del pueblo. El líder de la banda será Dick, que tiene que intentar por todos los medios que Billy no desenfunde a las primeras de cambio. No lo consigue, y tras matar a algunos de la banda de Murphy, el sheriff de otro condado va tras ellos. Ahora les persiguen los que están dentro y fuera de la ley.
Comienza así una espiral de violencia, una huida hacia delante de estos jóvenes jinetes, que mientras intentan vengar la muerte de su patrón, tienen que mantenerse fuera de los límites de la ley. Les ayudará Alex MacSween, un viejo amigo de Tunstall que les proporciona información y refugio. Enseguida entrarán en conflicto entre ellos, cuando algunos quieres huir a Méjico, mientras que Billy quiere quedarse cerca de Fuerte Summer para acabar su venganza. El carisma de Billy, al que la prensa ya le apoda “El Niño”, se hace notar, y consigue dirigir a la banda hacia su venganza. Tras alguna parada en Juarez y esconderse cerca de Méjico, acaban cayendo en una trampa de Murphy, el sheriff Brady, el cazarrecompensas John Kinney e incluso el ejército. La guerra acabará ahí, de una manera o de otra.

Los protagonistas.

Billy el Niño: Emilio Estevez es Billy, un joven alocado e impetuoso, con el gatillo muy suelto, y que no parará hasta dar muerte a todos los que tuvieron que ver con el asesinato de Tunstall, el único que le dio una segunda oportunidad. Su carisma y su fuerte sentido del honor y de la camaradería conseguirán mantener a la banda unida.

Josiah “Doc” Scurlock: Interpretado por Kiefer Shuterland, Doc es el más culto del grupo. Aficionado a la poesía, intenta aportar algo de sentido común a Billy, e intenta no meterse en líos al enamorarse de la esclava china de Murphy.

Dick Brewer: interpretado por el hermano de Estevez, Charlie Sheen, es el jefe de la banda de Vigilantes hasta que llega Billy, intentando sin éxito mantener la calma y evitar conflictos.

José Chavez y Chavez: Lou Diamond Phillips interpreta a Chavez, un mestizo mejicano-indio que se enfrenta al dilema de huir a Méjico y preservar sus raíces o no romper el “círculo sagrado” de su nueva familia de amigos.


Charlie Bowdre: Algo tímido e inseguro, gracias a Billy y su personalidad conseguirá enfrentarse a sus miedos y madurará. Lo interpreta Casey Siemaszko.

Steve “Carasucia” Stevens: Delmot Mulroney está más sucio aquí que en la boda de Julia Roberts, pero es un buen amigo de Billy y se mantendrá a su lado.

John Tunstall, el inglés que cuida de los chicos está interpretado por Terence Stamp, con su elegancia y clase habitual, y Murphy, el corrupto terrateniente no podía ser interpretado por otro que no fuera Jack Palance, con su histrionismo característico.

La película.

Siguiendo más o menos hechos verídicos de la vida de William H. Bonney, alias Billy el Niño, la película tiene todo lo que necesita una película para jóvenes, como acción, personajes chulos y carismáticos y un final apoteósico. Si a todo ello sumamos los tópicos del western, como persecuciones a caballo, tiroteos, duelos, personajes que se enfrentan a su destino o un final épico, todo ello mezclado con mucha, mucha pólvora, obtendremos un producto que enganchó al western a una generación que no vivió su edad de oro, y que resultaba refrescante por su sencillez y personajes carismáticos. Resulta difícil tener un personaje favorito, ya que la química entre unos y otros es genial, desde el salvajismo embriagador de Billy, el sentido del juicio de Doc o el miedo que al final hace estallar a Charlie…Todos nos caen bien, y acompañamos a estos vigilantes en su viaje al infierno. Escenas como la entrega del primer mandamiento de Billy, el duelo con Buckshot Roberts, la discusión acerca de la lealtad de Chavez, el paseo por la reserva india y sobre todo, el enfrentamiento final entre la banda de Billy y el ejército en la granja de los MacSween son bastante interesantes y espectaculares, resultando una película sin otras pretensiones que entretener. Su estética ochentera, con multitud de caras jóvenes de actores que luego se harían famosos, así como su música trepidante, y sobre todo, su ritmo que no decae hacen de la película hora y media de puro entretenimiento.

Y como estamos en el salvaje oeste, la película acaba con toda una declaración de principios, unas frases épicas de esas que cierran la historia con un buen colofón:

“William H. Bonney, alias Billy el Niño, fue enterrado junto a Charlie Bowdre en el Viejo Fuerte Summer. Cuentan que algo más tarde una persona sin identificar entró en el panteón y cinceló una inscripción. En el epitafio solo había una palabra: Amigos.”

Y ésta es una foto de la auténtica lápida: