25 septiembre 2008

TRILOGIA EVIL DEAD: Un Gore muy Culto


El Ejército de las Tinieblas es una de mis películas favoritas. Fue la primera peli que vi de Sam Raimi y Bruce Campbell, y quedé entusiasmado con su estética. Anoche la volví a ver con unos amigos que no la conocían y la disfrute como siempre. Al decidirme a escribir algo sobre ella, me he acordado de que escribí un artículo para un fanzine local en Alicante con motivo del reestreno de Posesión Infernal hace unos años. Lo rescato a continuación, ya que prácticamente pienso igual que entonces y no quiero añadir demasiado para no llenar esto con todos los geniales diálogos y frases molonas.

Iba siendo hora. Se había anunciado hace tanto tiempo que uno había abandonado ya casi toda esperanza. Pero también ha llegado a las carteleras españolas el reestreno de Evil Dead, llamada aquí Posesión Infernal, tras 20 años desde su estreno original. Los aficionados al buen cine y a la revisión de clásicos estamos de enhorabuena. Aprovecharé el reestreno de esta Evil Dead para hacer un repaso a la trilogía completa, que ha quedado como una de las mejores muestras del genero de terror y del fantástico moderno.

Primero hay que decir que detrás de esta saga de zombies, casas demoníacas y sobre todo, muchas risas, está Sam Raimi, director de culto que con cada entrega conseguía que critica y público se le rindiera, considerando sus obras pequeñas joyas en su género. Junto con Robert Tapert, que ejercerá siempre de productor y co-creador de sus obras, y la ayuda de Bruce Campbell, actor-fetiche en su estado más literal, comenzó la saga en el año 1981. Eran unos cuantos amigos con cuatro duros y ganas de pasárselo bien. Y con una cámara consiguieron que gran cantidad de espectadores compartieran la juerga.

“No podemos enterrar a Cheryl...es nuestra amiga!”

Así, Evil Dead, (Posesión Infernal), cuenta las peripecias de un grupo de amigos que van a pasar un fin de semana en una casa solitaria en medio del bosque. Un libro antiguo y prohibido, nada menos que el Necronomicon, será encontrado junto con unas cintas grabadas, que una vez escuchadas accidentalmente, despertará a un demonio Kandariano que les ira poseyendo uno a uno. Realmente, es una historia digna de un corto rodado por chavales de instituto, pero Raimi consigue crear una atmósfera densa, inquietante y muy claustrofóbica mediante el uso de asfixiantes primeros planos, angustiosos silencios y un adecuado uso de los sonidos. Y qué decir de la cámara. Educado en la mejor cultura trash, del cómic y sobre todo, cartoon, consigue mezclar muy hábilmente ese ambiente de pesadilla con planos retorcidos, grotescos y hasta caricaturescos de los mejores dibujos animados marca ACME, resultando una película de lo más explosiva y original. Por supuesto, en una película con esa temática, no puede faltar la sangre, las vísceras, la casquería, tan divertida y a la vez aterradora aquí, ya que a los zombies hay que descuartizarles para acabar con ellos. Uno a uno irán cayendo en manos de los demonios, y Ash, nuestro héroe/antihéroe se armará de hachas y lo que encuentre a mano para acabar con el mal. Hay secuencias antológicas, como la del lápiz, avisándonos ya del tono gore que vendrá después, y también hay una escena ultraviolenta, la de la violación en el bosque, muy bruta y censurada en la época. La versión estrenada ahora tiene metraje añadido, con algunas escenas más alargadas, que no hacen sino crear aún más sensación de angustia y mal rollo. Los efectos especiales, con maquillaje, muñecos, plastilina y demás parafernalia cutre, funcionan aquí a la perfección, aterrorizando, asqueando y divirtiendo a partes iguales. Realmente esta película ha pasado de ser una cinta de culto a convertirse en todo un clásico.

“Mi mano! Devolvedme mi mano!”

Evil Dead II (Terroríficamente Muertos). Parece ser que su primer Evil Dead tuvo serios problemas en algunos países para ser estrenada, debido a algunas escenas muy violentas y explícitas, por lo que Raimi rodó cinco años después esta secuela, cambiando un par de cosas aquí y allá para alejarla del modelo original y “suavizarla”. Aún así, recuerda enormemente al primer filme, pero su estética alocada, junto con algún cambio en el personaje principal, consiguieron darle entidad y coherencia propia. Continuando donde lo deja la primera parte, vemos como el demonio llega a poseer a Ash, pero el amanecer lo salva. Sin atreverse a descuartizar a su novia zombie, se las tendrá que ver con su propia mano, infectada por el demonio y que intentará matarle, en una escena totalmente delirante. Se armará con un rifle e intentará cazarla. Mientras tanto, vemos por otro lado como están llegando a la casa otros personajes, uno de ellos la hija del profesor que grabó las cintas, que llega con unas páginas del Necronomicon con las que podrán devolver al demonio a su mundo. Por supuesto, el demonio no lo permitirá, y volverá a poseer a unos y a otros para disfrute de Ash, que irá acabando con ellos a golpes de hacha, eso sí, pringándose bien en cada enfrentamiento. Y en una de las mejores secuencias de la película veremos el origen del famoso brazo-motosierra, cambiando al fin el personaje de Ash de simple victima a auténtico héroe a la fuerza. Si en la primera película predominaba lo gore y la casquería, en esta segunda parte hay muchísimo más ritmo, todo sucede a un ritmo alocado, frenético, sin descanso para los protagonistas, que deben actuar rápido para detener al demonio. Y una escena que es algo más lenta de lo habitual, la bajada de Ash al sótano para recuperar las páginas del libro, no hace sino acrecentar la sensación de agobio y de claustrofobia que tan buen resultado dio en la primera película. Todo ello, eso sí, en un tomo mucho más humorístico, caricaturesco y cómico, dando como resultado uno de los mejores ejemplos de montaje alocado pero muy eficaz. La conclusión de la historia, con esa visión apocalíptica, es un guiño directo a lo que será la tercera parte, rodada cinco años después.

“Muerte a los mortales!”

Evil Dead III (El Ejército de las Tinieblas). En el año 92, la Renassaince Pictures de Sam Raimi se asoció con Dino De Laurentiis, y con un presupuesto algo mayor, se decidió continuar la historia de Ash, justo donde lo había dejado Evil Dead II unos cuantos años antes. Al leer las páginas del libro, se crea un túnel en el tiempo, que además de arrastrar el demonio a otra época, se lleva a Ash consigo. Así, junto con su coche y un árbol, Ash aparece en plena Edad Media. Ante el desconcierto de los caballeros que por allí pasaban, le toman por uno de los enemigos del reino, llevándoselo como prisionero. Tras escapar de una manera muy “a lo Ash”, el hombre sabio del castillo reconoce en él al “Prometido”, aquel que liderará la lucha contra el Ejército de los Muertos. Para ello, solo tiene que recuperar el famoso Necronomicon, donde hay un pasaje que le permitirá volver a su tiempo. El Ash de esta tercera parte es cínico, macarra, pasota...solo quiere el libro para volver a casa, le da igual lo que les pase a estos “primitivos”. Pero conocerá a Sheila, con la que compartirá “charlas de cama”, y tras secuestrarla uno de los demonios que viajaron con él, se verá obligado a ejercer de líder contra el Mal. Otra vez será el héroe a la fuerza. Por supuesto, esta historia bebe de fuentes como “Un yanki en la corte del Rey Arturo”, pero pasada por la mente freak de Sam Raimi. Tendremos así la ya famosa estética cartoon, el personaje de héroe/antihéroe y toda la colección de efectos, trucos de cámara, terror, humor y aventura del amigo Raimi. Si ya en el primer Evil Dead veíamos esos efectos especiales animados fotograma a fotograma, con la artesanía que eso representa, aquí será toda una escena, la de la lucha contra el ejército de esqueletos, un maravilloso homenaje a “Jasón y los Argonautas”, del maestro de los FX Ray Harryhausen. La mezcla de terror, humor, y sobre todo, épica y aventura será aquí más efectiva que nunca, consiguiendo gracias a su pase por el Festival de Cine Fantástico de Sitges un reconocimiento que a Sam Raimi le ha servido para salir de los circuitos de la serie Z, del cine minoritario y cutre, para ser considerado uno de los mejores directores de cine fantástico de los últimos tiempos.

"Dame tu cariño, nena."

Las aventuras de Ash no acabaron aquí. Con la autorización, producción e incluso historia de Sam Raimi, Evil Dead IV: Hail to the King y Evil Dead V: A Fistfull of Boomsitcks se convirtieron en sendos videojuegos que han tenido un éxito irregular en diversas plataformas. Mientras Sam Raimi no se decida a hacer más películas de esta saga, nos tendremos que conformar con el cutre-gore de Posesión Infernal, con el ritmo cartoon de Terroríficamente Muertos o con la aventurera y fantástica El Ejército de las Tinieblas. Con eso, y con las caras de Bruce Campbell, es más que suficiente.

Hail to the King, baby!

24 septiembre 2008

No lo he podido evitar: El Reno Renardo y los Ochenta.

Si, crecí en los ochenta. Y sobreviví. Pero me abuuurro de los homenajes y revivals que una y otra vez asaltan mi correo en forma de memes, fotos adjuntas y powerpoints sosos a más no poder.

Sobre todo porque algunos parecen estar hechos por gente que ni de coña vivió en esa época. Porque no tiene sentido meter Mazinguer Z o Dragones y Mazmorras con Los Caballeros del Zodiaco, emitidos en plenos años 90. O que algunos textos tengan faltas de ortografía, cosa que si realmente fuera escrita por alguien educado en los `80 no pasaría...pero bueno, ese es otro tema.

El caso es que parece que el revival ochentero, la nostalgia por esos maravillosos años, tan locos y creativos en todos los sentidos, sigue dando sus último coletazos. A esa larga lista de chascarrillos y fotos pretendidamente "molonas" que al final sólo consiguen parecer cursis y bobaliconas, sorprende (a mi me ha sorprendido, y mucho) que un tipo como El Reno Renardo lo haya clavado tanto. Si eres hijo de los 80, no solo vas a pillar todas las referencias, sino que encima vas a flipar con ese estilo hardrockero que era tan característico. Cardados, pantalones elasticos, parches de KISS, junto a los sempiternos clichés de Naranjito, Verano Azul...y muchas más que no hacen sino arrancar una sincera sonrisa con cada visionado (que cabrón, casi ni me acordaba de los Telefunken).

Por eso no he podido evitar sumarme al (sic) revival ochentero, ya que además de vivirlo y sentirlo cada día de mi vida en privado o con mis amigos (esas sesiones de Karate Kid, Un chico como todos o El Club de los Cinco!) me paso por aquí y lo pongo por YouTube:



Y ya está todo dicho. O no. Cúantos os apuntasteis a karate en el colegio después de ver Karate Kid?

El sonido de las armas.

Cada vez que vemos una película, o que ponemos un videjuego, escuchamos cómo suenan las diversas armas que aparecen. De un tiempo a esta parte, esos sonidos son cada vez más reales, más espectulares, llegando al punto de que según el sonido que hagan, podemos saber si se ha disparado una Beretta de 9mm, una M-16 de calibre 5,56, un Kalashnikov de 7,64...o la famosa Magnum´44.

Pero...Y si las armas no sonaran como debieran? Y si el plomo justo en el momento de ser disparado sonara con un sonido nada amenazador? Derrick y los chicos de CollegeHumor.com lo saben y nos lo muestran.

Así suenan las Armas de Derrick:



Bada boom!

17 septiembre 2008

De timbas: Aventureros al Tren!


Recupero una de las secciones de éste blog dedicada a comentar algunos de los mejores juegos de mesa que he tenido la oportunidad de probar y disfrutar. Hoy voy a hablar de Aventureros al Tren, o Ticket to Ride en su versión original.

De la misma compañía que sacó el Memoir’44, Days of Wonder, cuya distribución/traducción en España la ha llevado a cabo Edge Entertainment, es un juego que combina perfectamente un diseño sencillo pero espectacular, unas reglas fáciles y muy adictivas, un acabado bonito y elegante…todo ello para dar como resultado un juego ágil, rápido y sobre todo, muy divertido, apto para toda la familia.

El planteamiento no puede ser más sencillo: hay que crear rutas de ferrocarril que unan las distintas ciudades de los Estados Unidos. Para ello, contamos con un mapa bien grande con las ciudades norteamericanas, todas ellas conectadas por rutas más o menos largas. Cada jugador tiene 45 fichas de trenecitos de plastico, que usará para unir los distintos destino. El objetivo es cumplir unos objetivos que se deciden al principio del juego, consiguiendo puntos si se completan esas rutas o bien creando rutas largas.

Pueden jugar de 2 a 5 jugadores. Cada jugador, en su turno, puede realizar sólo una de estas tres acciones:

- Coger carta del mazo: Para crear las rutas, necesitamos usar el mismo número de cartas o “trenes” que marca el mapa. Por ejemplo, para unir dos ciudades que en el mapa están separadas por una línea amarilla de cinco trenes, necesitaremos cinco cartas del color amarillo para reclamar esa ruta y puntuar. El mazo provee de estas cartas. Aparte del mazo boca abajo, hay cinco cartas boca arriba, pudiendo elegir cada jugador el color que le interese en cada turno.
- Reclamar ruta: una vez que tenemos en la mano el número de cartas y del color necesario, podemos “reclamar” una ruta. Descartamos las cartas usadas, y se procede a una de las acciones más divertidas del juego: poner los trenecitos de nuestro color en el mapa para que quede claro que esa ruta es nuestra. Dependiendo de la longitud de la ruta, conseguiremos más o menos puntos.
- Pedir un ticket: los tickets son las rutas completas que tenemos que cumplir para puntuar al final del juego. Normalmente son destinos largos que dan muchos puntos si se consiguen completar, aunque tambien hay rutas pequeñas que dan pocos puntos. Si hemos completado nuestras rutas iniciales y nos sobran trenes, podemos pedir más tickets y arriesgarnos a completar más rutas…

La partida se acaba cuando alguno de los jugadores se queda con dos, uno o ningún tren. Se procede entonces a sumar los puntos de cada ruta, ver si se han completado los destinos de los tickets, o incluso ver quien se lleva un bonus de diez puntos por tener la ruta más larga…

Realmente, más sencillo no puede ser. El juego original tiene el mapa de los Estados Unidos, y hay que decir que aún siendo muy sencillo, requiere de cierta estrategia y habilidad. Si cogemos carta del mazo no podemos reclamar ruta. Si reclamamos ruta no cogemos cartas del mazo…y un jugador que vea nuestras intenciones puede reclamar una ruta para él que nos hacía falta para completar nuestro destino…obligando a dar un rodeo y gastar más trenes. Incluso puede cerrar el acceso a una ciudad necesaria, haciendo que restemos puntos al final de la partida si ese destino no se ha alcanzado. Cada jugador puede elegir su tipo de juego. Completar sus rutas sin molestar a nadie, reclamar rutas para entorpecer a los demás, o simplemente, haciendo rutas largas para puntuar y pasar de los tickets. Pero de cualquier manera, el juego es igual de divertido y adictivo.

Al final, eso sí, quedará una bonita imagen de las ciudades de los Estados Unidos unidas por líneas de colores que representan los ferrocarriles de cada jugador. La sencillez y espectacularidad de los tableros de Days of Wonder, de nuevo queda demostrada.

Después del enorme éxito de éste Aventureros al Tren en todo el mundo (Juego del Año en Cannes en el 2005 y en Alemania en el 2004), Days of Wonder añadía nuevas reglas y un nuevo mapa en el Aventureros al Tren: Europa. Así, el juego original se enriquecía con nuevas reglas que potenciaban una estrategia un poco más competitiva y un mapa de juego que, al representar las grandes ciudades europeas, hacía necesario el uso de túneles y puentes que multiplicaban las posibles rutas y aumentaban las posibilidades de juego. El concepto de éste juego crece como las rutas de ferrocarril, continuando con un Ticket to Ride: Marklin (mapa de Alemania), Países Nórdicos, Suiza…así como sus versiones en cartas o a través de Internet.
Si estáis buscando una alternativa a los ya aburridos parchís o trivial, ya sabeis:

¡Aventureros al Tren!

Y más timbas en:

Memoir´44